Hace poco, con respecto a la clase en
la que compartimos la vida y obra del arquitecto Barragán, leí el discurso que
dio al recibir el Premio Pritzker de arquitectura, en 1980. El habló de la
estructura mental que sustenta su trabajo: sus reflexiones, impresiones,
recuerdos, conceptos propios, de filósofos, pensadores y de sus amigos.
Tomé algunos de sus conceptos presentados en el discurso para compartirlo con ustedes:
Por los ojos el bien y el mal nos llegan, ojos que nada ven, almas que nada esperan.
SILECIO: En mis jardines, en mis casas, siempre he procurado que prive el placido murmullo del silencio. En mis fuentes canta el silencio.
SOLEDAD: Nos encontramos a nosotros mismos en la soledad. En ella esta nuestra inspiración.
La soledad es buena compañera.
LA MUERTE: es una fuente de vida. Cuando las creaciones humanas sobreviven a su creador y pertenecen vivas después de su muerte, la muerte se convierte en vida.
FUENTES:
Una fuente nos trae paz, alegría y apacible sensualidad.
Las fuentes son alegres y serenas. Cuando además podemos calificarlas de embrujadas, son perfectas.
Me vienen a la memoria fuentes maravillosas, las fuentes de mi niñez; los derramaderos de agua en los sobrantes de las presas; los aljibes y estanques de las haciendas; las acequias que circulan alegremente; los acueductos que vienen de lejos a caer en un estanque.
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